Soy mujer y me considero razonablemente feminista, o mejor dicho (no me gusta lo de feminista) creo firmemente en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, pero también creo que el camino a seguir no pasa por la prohibición de unos cuentos populares por considerarlos sexistas.
Las declaraciones de la señora Aído sobre los cuentos infantiles son bastante desafortunadas y están fuera de lugar.
Es cierto que el tratamiento que se dan a la mujer en historias como la de Blancanieves, Cenicienta, Caperucita y muchas otras es claramente discriminatorio, pero responde al modelo social de la época en que fueron escritas.
Además si vamos por este camino, los textos a prohibir serían incontables, sirva de ejemplo la Biblia, libro de libros, considerado palabra de Dios y leído devotamente por todos los cristianos. ¿Se atreve alguien a decir que el tratamiento que se da a la mujer en las sagradas escrituras no es sexista?
Prohibir no es el camino. El camino es educar en la igualdad y en el respeto mutuo, y esta tarea corresponde a padres y profesores, pero fundamentalmente a los padres. Los niños tienden a seguir el ejemplo de sus progenitores y éste les marca mucho más que un cuento o una serie televisiva.
Los hijos varones aprenderán a compartir las tareas domésticas mucho antes si ven que su padre arrima el hombro y, cuando les corresponda hacerlo, se lo enseñaran así a sus propios hijos. Es cuestión de tiempo y de educación.
Por tanto rompo una lanza a favor de estos cuentos y me rio de la influencia que éstos puedan tener en los niños. En los libros o en un vídeo pueden ver a Blancanieves barrer la casa de los enanitos y cocinar para ellos, que no lo hacen por ser “hombres”, pero esto se quedará en algo anecdótico y superado si en casa papá les pone la cena.
Seamos serios señores!!
RAUXA 
¡Fantástico Rauxa!, totalmente de acuerdo, la educación está en nuestras manos, no en los cuentos, aparte de la cuestión que planteas, cada niño tiene que saber (desde niño que en la vida hay cosas buenas y también malas y no les hacemos un favor pintándosela entera de rosa, y en los cuentos ellos, que no tienen un pelo de tontos, van buscando su ideal de personaje de una forma totalmente individual. Un besazo.
Comentarios por Gales — abril 13, 2010 @ 2:52 pm
Tu dale a escoger a un niño entre un camión o un cochecito para la muñeca. Estoy contigo que es ridículo confundir igualdad de oportunidades con otras cosas.
Comentarios por Xavier Vallverdú — abril 13, 2010 @ 6:25 pm
Muy bien Cristina, yo es que me acabo de enterar que estos días ando algo liada y me he quedado alucinadita, además que niña no ha querido ser Blancanieves o Cenicienta y demostrar que al final siempre hay un principe que te da mucho amor y te mima, los niños aprenden del entorno, ellos eligen y toman decisiones sobre lo que prefieren en sus juegos, yo tengo dos enanas totalmente distintas, una prefiere las cosas de chicos y la otra es presumida hasta la saciedad, pero ninguna se siente inferior a los niños, y te aseguro que les encantan a ambas los cuentos de princesas.
Empiezo a pensar que Aido tiene un problema muy serio y lo que es peor es como la peor de las pesadillas, vamos a prohibir la cultura, empecemos por los cuentos de princesas, supongo que luego vendrá Pulgarcito y el Gato con Botas por que incitan a la violencia, y después, quien sabe, …En fin no se puede ni se debe censurar la cultura.
Bicos.
Comentarios por celialor — abril 13, 2010 @ 8:12 pm
Que dejen a los cuentos vivir en paz. Tuvieron su tiempo, tienen su vigencia demostrada a lo largo de los siglos. Que surjan cuentos nuevos de acuerdo con los nuevos tiempos de igualdad, que compartan protagonismo con los antiguos. No queremos cercenar lo que ha sido, queremos simplemente construir el que queremos, y esto está en nuestra mano. No todo lo que verán nuestros hijos será bueno. Lo bueno será cuando sepan discernir, diferenciar y elegir.
Comentarios por Xarbet — abril 13, 2010 @ 8:42 pm
valiente chorrada!!!!!!!!!!
que pasa, que no tiene na que hacer la ministra???????????? joder!!!!!!!!!!!!
desde luego, entre las miembras y las tontadas que dice…
besos hija.
Lo que hay que oirrrrrrrrrrrr
Comentarios por maffy — abril 14, 2010 @ 12:36 am
Lo malo es que el problema no es sólo de la ministra de Igualdad. Este Gobierno está gravemente tiznado de feminismo radical, empezando por la Viceresidenta de la Vega. Aído hace lo que hace y dice lo que dice porque sabe que tiene el apoyo de los de arriba, pero parece que todos estamos de acuerdo en que ése no es el camino.
Bueno, ya he tuneado bastante el blog, y vengo a ver qué se cuece por casita. Y veo que el nivel está estupendo.
Un petonazo (ya sé que no se dirá así, pero…)
Comentarios por Nire — abril 14, 2010 @ 3:45 pm
Es que a mi me gusta Blancanieves!!!
Hablando en serio, pienso realmente que las posturas feministas radicales no conducen a ningún sitio y que lo ideal seria que no tuviera razón de ser el feminismo. Soy optimista y creo que es cuestión de tiempo y de sensibilidad por parte de ambos sexos. Vamos por el buen camino y hemos avanzado, pero falta dar unos cuantos pasos todavía.
LLegara el día en que no sea necesaría discriminación positiva alguna, ni cuotas, ni día de la mujer trabajadora… todo se andará !!!
Un beso a todos!!!
Nire, luego paso a ver las novedades de tu casa. Aquí en Menorca se usa poco lo de «petó» plural «petons»(el aumentativo sería petonàs, plural petonassos), lo más frecuente es que se use el término castellano beso, como otros muchos barbarismos que adornan nuestro dialecto. La palabra más correcta seria «besada» en plural «besades» y no soy capaz de encontrarle aumentativo.
Comentarios por rauxa — abril 14, 2010 @ 5:08 pm
Que se dejen de cuentos. La educación comienza por acabar con la demagogia, existen millones de cuentos, !millones! Más inversión en educación (pero inversión de verdad y no paños calientes).
Ciao!
Comentarios por admin — abril 16, 2010 @ 12:37 am